Aunque los lazos materiales desaparecen con a muerte de un Ser Querido,

los espirituales se fortalecen cuando nos unimos con ellos en oración.

El Vuelo de la Mariposa

Testimonio de Nancy

14/04/2019

Testimonio de Nancy

Hace tres años y dos meses que desde que trascendió mi hijita de muerte súbita, a la edad de 28 años, he vivido un infierno con internaciones y tratamiento psiquiátrico que aún continúo.

Los vuelos me han unido a mi hija mucho más de lo que pude imaginar. Gracias, gracias e infinitamente gracias. Me han salvado de volver a caer internada, porque estaba nuevamente cayendo en un pozo. Y ahí vi esa luz. La luz de los vuelos.

Eternamente agradecida a todos a los guías de El vuelo de la mariposa.


Hace tres años y dos meses que desde que trascendió mi hijita de muerte súbita, a la edad de 28 años, he vivido un infierno con internaciones y tratamiento psiquiátrico que aún continuo.

Me había enojado mucho con Dios, porque me saturaron con frases que me hicieron mucho daño lejos de consolarme. A lo largo de todo este período, he pasado enojos y culpas, en fin un infierno.

A los dos meses creé un grupo en memoria de mi hija que ahora tiene más de seis mil miembros. Ahí descargaba todo mi enojo y todo mi dolor y muchas se identificaban con mi dolor al igual que yo con ellas.

Después empecé a pedir todas las noches a mis maestros ascendidos que quería saber cómo estaba mi hija, que quería que me hablara. Sólo la soñé dos veces y eso no era suficiente. Nosotras éramos muy unidas en todo sentido; si ella lloraba yo lloraba, si ella reía yo reía; teníamos una simbiosis muy grande.

Después, un día, vi por segunda vez la película Nuestro Hogar de Cándido Xavier. También vi a las madres y otra película que se llama La vida continúa también de él. Y ahí empecé a pedir más todavía, con desesperación digamos.

Y nada sucedía, hasta que un día me uní, y no sé por qué, a un grupo que se llama El vuelo de la mariposa, y ahí leí un comentario y pregunté que qué se necesitaba para hacer los vuelos y Faty me ayudó rapidísimo para hacerme una cuenta por Skype y ahí empecé, mi vida cambió.

Creo que fue en los primeros días de diciembre que empecé con los vuelos y pude conectarme con mi amada hija. La vi radiante, feliz y llena de luz en un templo al lado de Jesús y el padre Pío. Yo estaba muy emocionada y ella me decía ¡ay má! no sufras más por mí. Yo estoy bien, me decía, estoy feliz ma acá. Pero yo te extraño hija. Y yo lloraba y ella me decía: mamá cada vez que me recuerdes yo estoy a tu lado siempre. Yo te cuido ma, a vos, a mis hermanos y a mi hijita. No sufras más ma. Nos abrazamos en un abrazo eterno que no quería dejarla y cuando terminó el vuelo y teníamos que regresar. Yo no quería dejarla, quería quedarme junto a ella. Se respiraba mucha paz, mucha luz, pero ella me hacía señas con la mano: vete ma, ve. Pero hija yo me quiero quedar con vos. No, ma, tenés que volver. Si siempre estoy a tu lado. Y bueno, me alejaba y me daba la vuelta y ella me hacía señas con la mano como diciendo vete ma. Y luego la vi alejándose en la luz.

Regresé renovada, más tranquila, más relajada. Publiqué mi testimonio en mi grupo y el grupo se revolucionó, todas quieren saber cómo es y yo las quiero ayudar, porque si me hizo bien a mí, también puedo ayudar a otras y creo que ésa es ahora es mi misión. Si bien en el grupo hago diseños de fotos que les regalo con mucho amor, esto que me está pasando me supera.

Un día, en otro vuelo, llevé mensajes y con la ayuda de la guía llevamos a cuatro personas a la luz. Y me siento bien en poder ayudar a otras mamás o demás personas que sufren como sufrí yo estos tres años y dos meses. Viví el infierno terrenal, desde su partida hasta que empecé con los vuelos y aún sigo haciéndolos.

Felicito a José Luis de la Rica por haber sido el mentor de los vuelos. Me siento muy agradecida y llena de amor en mi corazón.

Ahora, con mi Tita, tenemos una misión en ayudar a otras personas que están en el azul, ella desde allá y yo desde acá.

Los vuelos me han unido a mi hija mucho más de lo que pude imaginar. Gracias, gracias e infinitamente gracias. Me han salvado de volver a caer internada, porque estaba nuevamente cayendo en un pozo. Y ahí vi esa luz. La luz de los vuelos.

Eternamente agradecida a todos a los guías de El vuelo de la mariposa.