Aunque los lazos materiales desaparecen con a muerte de un Ser Querido,
los espirituales se fortalecen cuando nos unimos con ellos en oración.
13/04/2019
¿No te conformas con "soñar" con tu ser querido? Supón que El Vuelo de la Mariposa es una forma de aprender a soñar con ella/él o ellos, pero estando despierta/o. ¿Te gustaría? Te aseguro que no es "soñar", sino un contacto real. Pero a ese convencimiento tienes que llegar por ti mismo/a, y para ello se requiere de un esfuerzo de tu parte, que nadie puede hacer por ti. Es normal que las dudas a este respecto llenen tu cabeza, pero, como te digo, sólo la práctica y tu esfuerzo personal para abrir tu mente puede convencerte.
¿No te conformas con "soñar" con tu ser querido? Supón que El Vuelo de la Mariposa es una forma de aprender a soñar con ella/él o ellos, pero estando despierta/o. ¿Te gustaría? Te aseguro que no es "soñar", sino un contacto real. Pero a ese convencimiento tienes que llegar por ti mismo/a, y para ello se requiere de un esfuerzo de tu parte, que nadie puede hacer por ti. Es normal que las dudas a este respecto llenen tu cabeza, pero, como te digo, sólo la práctica y tu esfuerzo personal para abrir tu mente puede convencerte.
Si durante un vuelo, cuando estés con tu familia, puedes conectarte con, por ejemplo, la hija de una señora de otro país, desconocida para ti y para mí, que está asistiendo a la misma reunión por Skype, y tras hablar con ella, al terminar el vuelo, la señora te envía la foto de su hija y compruebas que es la chica con la que has hablado, ¿te convencerías de que ha sido real lo que has visto? Seguro que me dices que sí, ¿verdad? Bueno, pues te aseguro que seguirías dudando. Ese es el poder de nuestra mente que siempre ha estado enfocada solamente en lo que percibe por medio de los sentidos físicos. ¿Entiendes por qué te digo que el esfuerzo por cambiar el modo de entender lo que es real es algo personal?
Asistir a todas las clases hasta que hayas aprendido a darte cuenta en cualquier momento de tu día a día de que tus seres queridos siguen relacionándose contigo es la finalidad de esta Oración-meditación. Abandonar antes de conseguir esto último es abandonar antes de tiempo.
El Vuelo de la Mariposa es una oración desde el comienzo hasta el final de la experiencia. Es un modelo de oración, porque es de la Fuerza del Amor de donde se nutre esta experiencia espiritual, por más que también recurramos a técnicas de relajación y visualización como ayuda para lograr lo que pretendemos. Otro impulso distinto al del amor aplicado a esta experiencia deberías considerarlo como una frivolidad, cuya derivación no tendrá que ver con El Vuelo de la Mariposa.
El vuelo de la mariposa, siendo una oración, no pretende adscribirse a ninguna religión. Su esencia es meramente espiritual y se sustenta en el amor que es el sentimiento más íntimo y a la vez más universal que puede experimentar el ser humano.
Orar es ausentarse mentalmente de lo externo e introducirse en lo más hondo de nuestro corazón y hacernos conscientes de los sentimientos que lo habitan, para reconocerlos, traerlos al Aquí y ahora y dejarnos invadir por las emociones que vibran en todos y cada uno de ellos.
El vuelo de la mariposa nació para que aprendamos a darnos cuenta que los seres queridos que han regresado a Casa siguen relacionándose con nosotros cotidianamente. Es gracias a la Oración inicial en la que entregamos nuestros sentimientos y expectativas al ser espiritual en quien sintamos nuestra Confianza, como vamos a encontrar lo que nuestra alma necesita.
Sin embargo, si lo que tu alma necesita es encontrarse con tu ser superior, con tu maestro o con el mundo de los ángeles y es eso lo que late en tu corazón cuando estás en la Oración, eso es lo que recibirás si es lo que tu crecimiento espiritual ha de recibir. Si estás en este caso, debes comentárselo a tu guía la primera vez que te contactes con ella o con él, para que te informe cómo participar en un grupo creado expresamente para personas que necesitan lo mismo que tú.
El Vuelo de la Mariposa no provoca nada que ya no esté sucediendo entre las almas unidas por un lazo indestructible de Amor. Por medio de esta oración y meditación, aprendemos cómo se produce esa comunicación que se produce de manera mental también llamada telepática. Para ellos, que viven en otro plano de vibración es ésta la manera natural de relacionarse, entre ellos y con nosotros.
Así pues, ¡no estamos provocando nada!
¡¡¡No les perjudicamos!!! Lo único que hacemos es aprender a darnos cuenta de cómo es ahora la relación que ya está ocurriendo entre ellos y nosotros. Es un error muy difundido suponer cómo son las condiciones de vida de la otra dimensión, desde la perspectiva de cómo son las leyes que determinan la existencia en ésta. Contemplarlo de esta forma, nos lleva a conclusiones y juicios de valor que provocan sufrimiento inútil entre las personas que están viviendo una situación de duelo. Para empezar, las leyes de la naturaleza que rigen en aquella y en cada una de las diferentes dimensiones de realidad serán distintas unas de otras porque estarán determinadas por la vibración que acontece en cada una de ellas. Por ejemplo, como consecuencia de la no existencia del espacio y del tiempo, no existen desplazamientos a ningún lugar porque se puede estar en todos a la vez. Pueden, por lo tanto, estar a la vez con la madre, con el padre, con el hermano, con el esposo o la esposa, con los amigos, con los abuelos, y también con cada uno de sus hijos, etc… En definitiva, con todas las personas que siguen viviendo en la tierra y que los estén recordando al mismo tiempo, aunque cada una de esas personas se encuentre en un lugar diferente. Y, además, a la vez, seguirán dedicándose a la actividad que tengan encomendada para realizar en su nueva vida.
Así pues pensar en ellos, traer a nuestra memoria el recuerdo de un momento vivido, de una anécdota o de lo que sea, no les perjudica en absoluto. O sea que no. Que no los distraemos si los recordamos, con tristeza o con alegría; como sea que se los recuerde, no los perjudicamos en absoluto. Si el ser querido no avanza en su tránsito, sería por su propio estado consciencial, pero no porque le influyamos en su decisión.
INSISTIMOS: ¡¡¡No los perjudicamos!!!
Otra creencia muy generalizada y que tanta angustia provoca en las personas que están viviendo un proceso de duelo es eso de que: ¡Hay que dejarlos descansar en paz! Y: ¡No hay que llorar, porque los retenemos! Estas creencias tienen sus raíces en la falta de comprensión de lo que conocemos como muerte. Respecto a que hay que dejarlos descansar en paz, hemos de decir que la vida no se detiene nunca y que por lo tanto es un error pensar que al dejar el cuerpo físico entramos en un proceso de inconsciencia. Lo cierto es que sucede exactamente lo contrario. Y en relación a esa frase lapidaria de que ¡no hay que llorar!, ya es en sí misma una afirmación que atenta contra la manifestación más humana de expresión del dolor.
Así pues, si sientes la necesidad de llorar, hazlo y desahógate; el ser querido percibe lo que siente tu corazón y comprende que las lágrimas son necesarias cuando el corazón extraña la presencia de quien ama. Y la tristeza es la manifestación natural ante la ausencia del ser querido, y el llanto, la expresión natural que de ninguna manera hemos de reprimir. Creer que por reprimir nuestros sentimientos ellos estarán mejor es un error de apreciación muy difundido. En primer lugar, porque son perfectamente conscientes de los mismos aunque no los expresemos exteriormente, porque desde su perspectiva ampliada conocen nuestro dolor y estarán siempre a nuestro lado para darnos fuerza y apoyo. Además, contrariamente a lo que se suele pensar, para ellos, atender al ser querido que los extraña es una actividad evolutiva, como lo es toda manifestación de Amor, en cualquier periodo de la vida.
Otra cuestión que provoca incertidumbre es la posibilidad de no encontrar al ser querido cuando nosotros dejemos este mundo porque él se haya reencarnado.
Hemos de aclarar que siempre nos encontraremos. En lo que llamamos reencarnación es el alma que decide proyectar nuevamente una parte suya en el plano físico, teniendo por lo tanto otra experiencia de vida. Pero las personas como tales no se reencarnan. Es buena aquí la metáfora del árbol. Podríamos ver al Alma como un árbol y cada una de sus ramas como una parte de ese árbol que va a experimentar una vida física. Cuando el alma decide experimentar nuevas vidas, hará lo mismo tantas veces como necesite para hacerse consciente de las emociones que sólo puede experimentar en otros planos de vida.
También es frecuente la aparición de otra duda: ¿Si nuestros seres queridos están en un plano diferente al nuestro, no los encontraremos cuando nos llegue la hora de trascender? La respuesta es que también nos encontraremos. Aunque nuestros seres queridos puedan tener una vibración más baja o más alta que la nuestra, ello no implica que no nos vayamos a encontrar, ya que aquél que posee una vibración más alta podrá reducir la frecuencia de su vibración, para que el encuentro suceda en el nivel de aquél que tiene la frecuencia más baja.
Así que, en ambos casos nos volveremos a encontrar, tanto si el alma ha decidido volver a encarnar, -porque la rama que corresponde a nuestro ser amado sigue allí-, como si está en un plano vibracional distinto al nuestro, porque alguno de los dos podrá ir a donde está el otro. ¡Siempre nos encontraremos!
Debemos saber que, además, las almas se agrupan y comparten muchas vidas en diferentes roles, por lo que no será ni la primera ni la última vez que nos reencontremos.
Otro asunto que suele aparecer con frecuencia es el tema del suicidio y lo que pasa con aquellos que han decidido dejar esta vida por voluntad. En estos casos en muy importante saber que no hay ninguna diferencia con respecto a los demás tipos de muerte. No recibirán ningún castigo ni trato diferentes. Solo es necesario tener en cuenta que en el momento de trascender al otro plano lo hacemos con el estado de conciencia que en ese momento tenemos. Con ello queremos decir que es posible que tengan una dificultad añadida a la hora de emprender el viaje por su propio estado de confusión. También la culpa de haber producido dolor en quienes quedan aquí les puede dificultar el avance. Podemos ayudarles si desde lo más íntimo respetamos su decisión y les enviamos nuestro cariño y el deseo de que alcancen el final de su tránsito.