Aunque los lazos materiales desaparecen con a muerte de un Ser Querido,
los espirituales se fortalecen cuando nos unimos con ellos en oración.
12/04/2019
Esa noche estaba yo en horas bajas y me conecté al Skype, como vi a José Luis conectado lo llamé y le conté cómo me sentía. Él me dijo: tú lo que necesitas es un buen "meneo." ¿Cuándo puedes quedar? Yo le contesté pensando en la semana próxima y él me dijo ¿te va bien ahora? Yo, podéis imaginaros, me quede paralizada, pues no sabía si sería capaz, ni qué iba a pasar, pero me dije ¿"no es eso lo que querías?" así que me lancé.
José luis hizo una relajación preciosa y me dijo que mirara con los ojos para dentro y que no me cuestionara nada.
Me encontré en un camino dorado con paredes de cristal. Siguiendo indicaciones salté hasta una nube y volé hasta descender a un valle en el que había piedras y un río dónde nadaban peces. Cogí uno y me lo puse sobre del corazón. Se hizo grande, me subí en él y nos fuimos volando. Le pregunté si me podía ayudar a encontrar a Santi. Me abrazó muy fuerte.
Bajamos al valle otra vez y le pregunté si era un pez o una persona. Íbamos por el valle cogidos de la mano y de la aleta. Claro, le preguntaba si conocía a Santi y no me contestaba. Pero luego me abrazó muy fuerte y le pedí que se quitara el disfraz. Se lo quitó, pero yo no veía quién era hasta que le cogí la cara y se parecía mucho a Santi cuando era joven.
No me decía nada, sólo me abrazaba y sonreía. Le pregunté por mis padres y me llevó a una plaza dónde vi a mi madre.
Luego, José luis me preguntó si quería ver a Jesús, ¿Os lo podéis imaginar? Pues allí estaba, como una luz brillante y muy grande que proyectaba paz y amor. Le pregunté por qué Santi se había ido (se refiere a que la dejó durante el vuelo) y me contestó que era para que yo volviera otro día.
Le pregunté por los niños y vinieron muchos. Pregunté por el niño de Sonia y allí estaba con su pelo pincho. Lo vi en la foto muy parecido. Después, también pregunté por Manu, el hijo de Claudia y a él fue a la única persona que pude distinguir bien, estaba abrazando a su mamá.
Después de eso Encarnita me devolvió a casa.
José luis me contó que a veces, en los primeros momentos del encuentro, nuestros seres queridos adoptan formas de animales e incluso no nos hablan (sólo sonríen) para no emocionarnos demasiado. Lo curioso es que entre Santi y yo, teníamos siempre una broma en que me decía que yo era un pez, así que por eso creo que apareció así.
Durante toda la experiencia me sentí transportada y como viviendo en otro lugar, fue increíble que me hubiera pasado a mí. Me quedé totalmente llena de paz y amor.
Al día siguiente empecé a "comerme el coco" pensando que eran todo imaginaciones y ya dudaba de todo, hasta que escuché la grabación del vuelo y me invadió nuevamente una sensación maravillosa de tranquilidad.
Espero poder volver a volar pronto para decirle "cuatro cosas" a Santi!!! Jejeje
Muchas gracias por escucharme y a ti José luis por ser tan paciente conmigo.
Un abrazo.