Quiero compartirle lo que me pasó ayer por la tarde.
Me quedé en la cabeza con lo que me dijo de encontrarme con mis abuelos. Mi abuela materna se fue hace poco más de un año, después mi abuela paterna, ella hace menos de un año. Mi abuela materna era más allegada a mí y constantemente la sueño. En una ocasión, en mi sueño, me dijo al oído que alguien moriría, pero no entendí bien quién, yo le escuché, pero ahora creo que decía de mi hijo.
Quiero compartirle lo que me pasó ayer por la tarde.
Me quedé en la cabeza con lo que me dijo de encontrarme con mis abuelos. Mi abuela materna se fue hace poco más de un año, después mi abuela paterna, ella hace menos de un año. Mi abuela materna era más allegada a mí y constantemente la sueño. En una ocasión, en mi sueño, me dijo al oído que alguien moriría, pero no entendí bien quién, yo le escuché, pero ahora creo que decía de mi hijo.
Ayer estaba sola en casa escuchando un vuelo en vivo y participe en él recordando lo que hice con ustedes.
Después de salir del templo, que se convirtió en árboles que se juntaban y flores blancas en el piso, salí con mis manos llenas de polvo de estrellas. Volteo hacia la izquierda, hay hierba alta. Me abro camino con mis manos y ahí estaba mi abuela, pensaba encontrar a mi abuela materna, y era la paterna. La vi. A su alrededor era todo blanco y ella vestía de blanco. La abracé, la besé, ella me acarició la cara. Sentí su olor, la textura de su piel. Le pregunté por mi hijo Ale, y me dijo: No te preocupes, él está bien, yo lo estoy cuidando. Lloré y le dije: puedo verlo? Me volteó la cara hacía la izquierda, y allí estaba Ale. Lo abracé tan fuerte y él me abrazó (él tuvo al principio de su enfermedad un EVC que le provocó hemiplejia derecha, no recuperó del todo su brazo) pero ya lo podía mover. Me abrazó y me dijo que está bien. Yo lo toqué, su pelo chinito, su carita. Me dijo: estoy bien, ya no llores. Y me secaba las lágrimas con su manita. Me dijo que me ama y yo le pregunté: estás bien aquí?, ¿cómo es? Hermoso, me decía él, y me hacía voltear, siempre a la izquierda. Era un lugar de pura luz, muy bello. Él estaba sentado a mi lado con su cabeza en mi hombro, fue hermoso.
Tuve que abrir los ojos, porque mis dos perros empezaron a ladrar mucho, pero tenía un zumbido en el oído derecho. Desde que él partió, tengo en el oído derecho un sonidito como un golpecito, que no se me quita.
Hola amigo, te quiero compartir el vuelo del sábado, porque es de los que me llegaron profundo. Todos son enriquecedores y una gran experiencia, pero en algunos como éste sientes que tiene el poder de llevarte a nuevos lugares de conciencia. Gracias una vez más por traer esto a nuestras vidas, un gran abrazo.
En este vuelo tuve revelaciones muy significativas a nivel experiencial sobre el amor, Dios y la certeza del ser de la mano de mi amor, mi alma amiga, que además me pide que exprese y manifieste amor tal como ella hacía mientras estuvo en este plano físico.