Aunque los lazos materiales desaparecen con a muerte de un Ser Querido,

los espirituales se fortalecen cuando nos unimos con ellos en oración.

El Vuelo de la Mariposa

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Testimonio de María

13/04/2019

Testimonio de María

Quería contaros que hace unas semanas acepté la generosidad de José Luís de la Rica y del equipo que colabora con él, con el fin de experimentar el vuelo de la mariposa.

Mi hija Lucía se marchó hace 20 meses con tan solo 14 años y se sucedieron varios acontecimientos que me hicieron llegar a conocer la labor que desde el vuelo de la mariposa realizáis, así que tuve claro que tenía que contactaros.

El resultado de mi experiencia fue satisfactoria desde el punto de vista de la calidez y del amor que pude percibir en la actividad, aunque tal vez yo me encontrase en un estado de nerviosismo y no suficiente calma para poder seguir las indicaciones en la meditación.

No era capaz de seguir los pasos marcados por la guía, aunque sí tuve la sensación de que en algún momento iba a estar con mi hija, porque yo iba hacia un islote, iba no sé cómo, sobre el mar y en un momento dado algo me hizo perder ese enfoque, esa visión. Aunque después hubo un instante en el que Juanita intervino diciendo que había visto a una niña de más o menos la edad de mi hija. Ahí, me dio un sobresalto el corazón, sentí que era ella. Todo ello me indica que no estoy lejos de alcanzarlo y como me comentó José Luís tal vez tenga que intentarlo de forma más restringida, ya que al no tener experiencia, me desconcentro con mayor facilidad. Yo traté de no tener expectativas algunas, pero claro, obviamente tienes la ilusión de conseguirlo e interaccionar con tu ser querido y esa agitación puede ser contraproducente para el objetivo.

No me queda más que agradecer a José Luís y a todos los compañeros su trabajo y seguir intentándolo en cuanto me sea posible. Mientras puedo volver a contar con el tiempo para hacerlo, practico la meditación de manera personal para tratar de estar mejor preparada.

¡¡Millones gracias!! ¡¡Muchos besos!!

María

 

José Luis, te digo cómo fue mi experiencia con El vuelo:

 

Lloré, lloré, lloré, lloré mucho con el Ave María.

Llegué al templo llorando. No tomé el polvo de estrellas, no pude encontrar el cofre.

Cuando salí de ahí me encontré con un banco de plaza bajo un árbol. Me senté y de frente alguien me llamaba, cuando me arrimé era mi suegra. 

Nunca esperé encontrarme con ella. Es más, nunca pensé en ella. Bueno, le pedí que me lleve con mi padre y mi madre y me llevaba con otras personas que no conocí, que no conozco.

Con todos me presenté y a todos abracé. Mi suegra sólo me decía «gracias, (ve) por allá» Iba donde me indicaba, pero no encontré a mis padres.

Después me mostró una nenita de un añito más o menos, me dijo María de los Ángeles. Y tengo más nombres que me los anoté para preguntarle a mi esposo si sabe algo, ellos a mí no me conocían.

Quise ir con Jesús y me lo mostró de lejos, ella iba de mi brazo a todos lados.

Todo el tiempo me acariciaba y me agradecía. Le pregunté por qué gracias y me besó las manos.

Como no vi a mi padres, le pregunté por su esposo, «mi suegro», y él estaba ahí nomás, casi a mi lado. Él también se mostró feliz y agradecido.

Quise volver y vinieron hasta el templo los tres, mis suegros y la nenita.

 

Tengo que hablar con mi esposo para deducir quién es la nena.

Mi suegro, cuando sonreía, me mostraba sus dientes, como cuando se los mostrás a un odontólogo.

Quedé contenta porque los vi felices, y ellos me mostraron el cariño de siempre. Las otras personas se mostraban felices y muy cariñosas pero no sé quiénes son.

A Jesús lo vi de lejos en un campo amarillo, sólo le vi el dorso. Sabía que era él, pero no pude llegar hasta él.

Fue maravilloso y ahora me siento muy bien. No puedo quitarme las imágenes de la mente.

 

Ahora estaba hablando con mi esposo. La niña es su hermana, él es el hijo mayor y nunca se habló de la pequeña. Dice que murió en una epidemia de sarampión. Cuando le dije el nombre se sorprendió muchísimo, nunca me había contado de esa pequeña.

El agradecimiento de mi suegra, él piensa que fue porque la vestí después que falleció.

Es increíble que se pueda ir a ese mundo y sentirlos vivos. Los demás eran familiares de mi esposo, su abuelo materno, su abuela que fue su madrina.

Nunca pensé encontrarme con mis suegros y la pequeña Magelita la llamaban por María de los Ángeles.

Me emociona esto, cómo nos buscan!

Un abrazo, y en cuanto pueda me conecto otra vez, quiero ver a mis padres y hermano. Abrazo, gracias, gracias, gracias.

 

José, sabes porque me mostraba los dientes mi suegro? Jajaja… porque siempre se los critiqué. Le decía, su boca es la de un tiburón, tiene muchos dientes, y hoy se los veía perfectos, cada vez me sorprendo más, 

A la gente le falta fe, y creer.

Hay quienes, sólo creen en los vivos en la tierra, y los muertos en el cielo. 

Si supieran que nos visitamos?

Nos dicen locos.

Y sigo aprendiendo y fortaleciendo mi alma y mi espíritu.

María

 

Marisa: Relato de vuelo

13/04/2019

Marisa: Relato de vuelo

Llegué al templo que era una capilla pequeña y muy viejita pintada de blanco. Entré y busqué el cofre que también era muy pequeño. Luego saqué mucho polvo dorado y apareció mi abuelo materno muy sonriente. Nos abrazamos y le dije si podía traer a mi abuelita materna y a mi hijo. Llegó mi abuela y les pedí que me llevaran con Jesús y con María.

Y allí estaba ella. Le pedí la bendición para mí y mi familia y si podía ver a mi hijo, la cual me responde que estaba trabajando. Yo quise saber cuál era su trabajo. Entonces me llevó a dónde estaba él. Trabajaba en un jardín muy bonito. Él corrió a abrazarme y me besaba. Estaba muy contento. Le dije que me perdone si por estos días estaba muy triste y llorosa porque mañana es su aniversario de partida a su nueva Vida. Después me llevó volando por una pradera y paseamos mucho tiempo tomados de la mano y mirando los hermosos paisajes. Luego bajamos y me dijo que me quería mucho y que me tenía que dejar porque tenía que seguir trabajando.

Realmente fue una experiencia maravillosa.

Gracias Jose Luis por hacernos sentir vivos nuevamente.

Testimonio de Nancy

13/04/2019

Testimonio de Nancy

Hace tres años y dos meses que desde que trascendió mi hijita de muerte súbita, a la edad de 28 años, he vivido un infierno con internaciones y tratamiento psiquiátrico que aún continuo.

Me había enojado mucho con Dios, porque me saturaron con frases que me hicieron mucho daño lejos de consolarme. A lo largo de todo este período, he pasado enojos y culpas, en fin un infierno.

A los dos meses creé un grupo en memoria de mi hija que ahora tiene más de seis mil miembros. Ahí descargaba todo mi enojo y todo mi dolor y muchas se identificaban con mi dolor al igual que yo con ellas.

Después empecé a pedir todas las noches a mis maestros ascendidos que quería saber cómo estaba mi hija, que quería que me hablara. Sólo la soñé dos veces y eso no era suficiente. Nosotras éramos muy unidas en todo sentido; si ella lloraba yo lloraba, si ella reía yo reía; teníamos una simbiosis muy grande.

Después, un día, vi por segunda vez la película Nuestro Hogar de Cándido Xavier. También vi a las madres y otra película que se llama La vida continúa también de él. Y ahí empecé a pedir más todavía, con desesperación digamos.

Y nada sucedía, hasta que un día me uní, y no sé por qué, a un grupo que se llama El vuelo de la mariposa, y ahí leí un comentario y pregunté que qué se necesitaba para hacer los vuelos y Faty me ayudó rapidísimo para hacerme una cuenta por Skype y ahí empecé, mi vida cambió.

Creo que fue en los primeros días de diciembre que empecé con los vuelos y pude conectarme con mi amada hija. La vi radiante, feliz y llena de luz en un templo al lado de Jesús y el padre Pío. Yo estaba muy emocionada y ella me decía ¡ay má! no sufras más por mí. Yo estoy bien, me decía, estoy feliz ma acá. Pero yo te extraño hija. Y yo lloraba y ella me decía: mamá cada vez que me recuerdes yo estoy a tu lado siempre. Yo te cuido ma, a vos, a mis hermanos y a mi hijita. No sufras más ma. Nos abrazamos en un abrazo eterno que no quería dejarla y cuando terminó el vuelo y teníamos que regresar. Yo no quería dejarla, quería quedarme junto a ella. Se respiraba mucha paz, mucha luz, pero ella me hacía señas con la mano: vete ma, ve. Pero hija yo me quiero quedar con vos. No, ma, tenés que volver. Si siempre estoy a tu lado. Y bueno, me alejaba y me daba la vuelta y ella me hacía señas con la mano como diciendo vete ma. Y luego la vi alejándose en la luz.

Regresé renovada, más tranquila, más relajada. Publiqué mi testimonio en mi grupo y el grupo se revolucionó, todas quieren saber cómo es y yo las quiero ayudar, porque si me hizo bien a mí, también puedo ayudar a otras y creo que ésa es ahora es mi misión. Si bien en el grupo hago diseños de fotos que les regalo con mucho amor, esto que me está pasando me supera.

Un día, en otro vuelo, llevé mensajes y con la ayuda de la guía llevamos a cuatro personas a la luz. Y me siento bien en poder ayudar a otras mamás o demás personas que sufren como sufrí yo estos tres años y dos meses. Viví el infierno terrenal, desde su partida hasta que empecé con los vuelos y aún sigo haciéndolos.

Felicito a José Luis de la Rica por haber sido el mentor de los vuelos. Me siento muy agradecida y llena de amor en mi corazón.

Ahora, con mi Tita, tenemos una misión en ayudar a otras personas que están en el azul, ella desde allá y yo desde acá.

Los vuelos me han unido a mi hija mucho más de lo que pude imaginar. Gracias, gracias e infinitamente gracias. Me han salvado de volver a caer internada, porque estaba nuevamente cayendo en un pozo. Y ahí vi esa luz. La luz de los vuelos.

Eternamente agradecida a todos a los guías de El vuelo de la mariposa.

Testimonio de Pino

13/04/2019

Testimonio de Pino

Querida familia les cuento lo que pasó en el vuelo de Norma.

Estábamos ese día unas cuantas madres escuchando un vuelo que hacía una madre que se llama Norma. Llegó el momento que José Luis le dijo Norma: “Aquí tengo una madre que se llama Pino. Mira a ver si está su hijo Aday.” Cuando vino mi hijo, le dijo a Norma: “Dile a mi madre que se quite lo que tiene en la cabeza. Yo no manejaba, era mi amigo.” En ese momento me eché a llorar, porque yo nunca le había dicho a nadie que tenía sospecha de que mi hijo no llevara el coche, sino que quien manejaba era su amigo. 

Entonces le dije a Norma que le preguntara si quería que yo hiciera algo, a lo que me contestó que lo dejara todo en manos de la justicia divina, que yo solo dijera estas palabras: “El Señor es mi pastor, nada me falta.” 

Cuento el accidente para las personas que no lo sepa: Aday estaba en Fuerteventura trabajando con su novia en un hotel. Sólo estuvo 21 días y murió con 21 años. El coche era de Aday, pero ese día iba con un chico que conoció en el trabajo y tuvieron el accidente. Cuando la policía llegó, Aday estaba muerto en la carretera, y la policía le preguntó al chico que de quién era el coche y quién conducía. El chico dijo que el coche era de Aday y conducía mi hijo. Pero, no sé por qué, cuando vi en el coche que el golpe estaba por la parte del acompañante, dije para mí; Aday no conducía. Mi hijo es muy gordito, -como todas han podido ver en sus fotos-, y pensé que si Aday hubiera estado conduciendo, el volante le habría impedido salir por el cristal, que fue como salió del coche.

La verdad es que al principio me enfadé y dije muchas palabras muy feas para ese muchacho. Sólo le vi en el tanatorio y me contó lo mismo que le dijo a la policía.

Pero al día siguiente del vuelo me llamó José Luis y estuvimos hablando mucho rato. Le dije que yo dejaba todo como me dijo mi hijo, en mano de la justicia divina. Que lo perdone Dios que yo ya lo perdoné. Mi cabeza descansó con lo que me dijo mi querido hijo Aday. 

José Luis creo que lo conté como pasó. 

Gracias amigo a ti y a otras madres sé que mi hijo está VIVO. Ya me llegará el momento que pueda yo hacer el vuelo. 

Gracias familia del Foro de la Esperanza. Los quiero un mogollón.

Pino.

 

Testimonio de Susana

13/04/2019

Testimonio de Susana

Estimado José Luis, quiero contarle que sus audios me han ayudado a sobrellevar la tristeza de haber visto partir a mi amor a otros planos de existencia. Aunque ambos conocíamos del tema y practicado durante muchos años las terapias espirituales y leído y estudiado, mi dolor es inevitable. Pero también quiero que sepa que días después de su partida tuve el maravilloso regalo de verlo junto a mí en plenitud, joven, sano y besándome las manos. Con total sinceridad y con ánimo de aportar una experiencia más, lo saludo cordialmente.

Lo vi a mi derecha, de pie, mientras yo me levantaba por la mañana. Me tomó de las manos y me las besó. Quise comunicarme mentalmente, no pude, pero en su mirada me expresó tanto amor, tanta paz, que sé que está bien. En mi ignorancia pensé qué pasó con tus canas? Ya que tenía el pelo negro como en su mejor momento y emitía mucha luz.

Se llama Rolando y desde muy joven estuvo al servicio de los demás, con su sabiduría y humildad, ayudó a muchas personas.

Gracias

 Intenté reunirme con él en un vuelo, pero resultó que vino mi abuela paterna que partió cuando yo tenía con años.

Estaba muy joven y sentada con un grupo de mujeres, todas vestidas de blanco, en un Prado verde, bordando con bastidores, cosa que ella hacía muy bien. Se levantó, se acercó a mí y nos fundimos en un abrazo interminable.

Fue muy hermoso